dijous, 12 de novembre del 2009

Sin saber si olía a muerto nuestro triste y asqueroso corazón.

Apestaba. Iba de un lado al otro del pasillo y escuchaba los llantos. Todavía más fuerte escuchaba los gritos. Notaba como retumbaban todas sus paredes. Sentía como el bombeo de sangre cada vez se aceleraba más. Creo que noté tan a flor de piel todo los sentimientos, que pensé en cambiar. Me dí cuenta que hasta el momento solo había escapado. No estoy echa para encadenarme a alguien; no estoy echa para atarme los grilletes y darle las llaves a otro, no estoy echa para nada de esto (y lo tengo comprobado), pero quizás estaba empezando a anhelar encontrar a alguien como yo, que le pasase lo mismo, sin ganas de tener marcas de ataduras en el cuerpo.

No buscaré, ya llegará (aunque los príncipes azules siempre destiñan...).

1 comentari:

  1. Di que sí, ¿buscar? ¿Para qué? Si acabará rendido a tus pies ;)
    En esto somos iguales hermanita...

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