Cuando nos destapamos y nos quitamos el maquillaje, la máscara, el disfraz.. parece ser que nadie se acostumbra a vernos con nuestra faceta real, se asombran al ver que hay alguien distinto detrás de ese gran papel de actores que nos propone la vida. Pero siempre hay alguien que consigue realmente quitarte todo el ornamento (o en parte).
Creo que soy una de las pocas personas que en cada descansito de la obra te ha podido ver realmente tal y como eres, y me alegro. Aunque con el tiempo te has descuidado encima del escenario a mi no me importa, me gusta más así. Eres tan sincera conmigo como nadie a querido serlo, me has dado un abrazo cuando lo he necesitado (incluso cuando no, también), te has disculpado cuando por circumstancias no has podido estar junto a mi, pero espero que no hayas dudado nunca de que yo sentía que me apoyabas pese a la distáncia. Me has respetado y me has defendido. No has dudado ni un instante de mi, porque eres una de las dos personas sobre la faz de la tierra que me conoce en plena persona.
Ahora, me toca a mí, porque yo te defenderé si hay alguien que te acecha; yo te apoyaré si alguien duda de ti; yo estaré a tu lado incluso en los momentos que no esté físicamente contigo; yo te mostraré tus defectos (porque de eso no hay nadie que se libre) y virtudes que tu no quieras ver (porqe siempre hay una sombra que nos oculta gran parte de ellos; seré tu compañera del camino, la que a ratitos te empuja y a otras te coge la mano avanzando; si en algún momento quieres ir despacio, iremos, y cuando no, cogeremos carrerilla y a correr; seré tu escudo y tu espada en esta larga batalla de la vida. No dudes nunca de ti, porque yo nunca lo haré, todos tenemos caídas pero nos volveremos a levantar.
Porque no dudes nunca que hay gente que te quiere y que lo daría todo por ti, así que si algo feo te dicen, te diré algo bonito para compensar, aunque para bonita, tu enterita.
Gracias una vez más y las que hagan falta, por aparecer y ser mi amiga, y con el tiempo, la mejor de todas.
